miércoles, 19 de febrero de 2014

LOS 17 CAMELLOS

LOS 17 CAMELLOS DE HABIB
Cuando el viejo Habib sintió que la muerte se agazapaba junto a su cama, la buscó, le tendió la mano y la miró a los ojos. Sin miedo.
El viejo Habib había tenido una buena vida. Alá lo había colmado de salud y dones, humildes pero importantes. Jamás pasó hambre, tuvo una compañera perfecta, tres hijos trabajadores, y llegaba al final de sus días con la satisfacción del deber cumplido. Aquello que Alá depositó en su alma, le sería devuelto con creces.
Así pues, el viejo Habib se dispuso a morir. En paz.
La última noche, con las escasas fuerzas que le quedaban para aquel acto, el viejo Habib hizo llamar a sus tres hijos y cuando estos se reunieron al pie de su jergón, los contempló orgulloso. Su mejor obra. Su legado en la tierra. Aziz era el mayor, noble y templado, con fuste de lider. Yaruk era el segundo, inteligente y mesurado, con cabeza para el comercio. Mesei era el tercero, audaz y valiente, idóneo para la aventura. Los tres se complementaban muy bien, y se querían aun teniendo en cuenta las diferencias de sus caracteres.
Sí, el viejo Habib supo que no tenía más que respetar la ley. Su mayor fortuna eran sus diecisiete camellos. Y ese debía ser su legado para Aziz, Yaruk y Mesei. Según la ley.
Hijos míos —les dijo cubriéndoles con una mirada plácida—, es llegada mi hora, y os pido tan sólo tres cosas en este momento singular: que no lloréis mi muerte, pues voy a reunirme con Alá después de este mi tránsito en la Tierra; que respetéis lo que ahora voy a deciros, pues es mi testamento; y que busquéis en todo momento la flor de la felicidad siendo lo que sois y siempre seréis: hermanos.
Te lo prometemos, padre —convino Aziz solemne.
Sabéis que no tengo demasiado, aunque muchos hombres en el pueblo aún tienen mucho menos que yo. Mi fortuna se limita a los diecisiete camellos que tenemos en el cercado. Esos camellos son vuestros ahora, hijos míos, y deberéis repartíroslos de la manera siguiente...

RECETAS DISTINTAS



INGREDIENTES PARA LA MASA MADRE:


1 vaso de harina.


1 vaso de leche.


1/2 vaso de azúcar


1/2 sobre de levadura Royal.

Mezclamos todos los ingredientes y dejamos reposar durante 24 horas fuera de la nevera. A partir de ahí podemos empezar el proceso de los 10 días.

miércoles, 5 de febrero de 2014



14 de Febrero


Pienso que es un dìa normal donde se aprovecha a nivel comercial, pero bueno¡ arriba los corazones¡.



Dia de san valentin